miércoles, 10 de abril de 2013

Triste final a una bonita historia

Es la fortuna la que gobierna la vida del hombre
Ciceron, famoso filósofo romano, acertó de pleno con esta histórica frase; ayer al Malaga le tocó vivir la cara amarga de la moneda.

Minuto 90, Borussia de Dortmund 1 Malaga 2, toda una ciudad emocionada, celebrando el incipiente heróico pase a semifinales; el arbitro añade 4 minutos, el partido termina 3-2. ¿Como puede ser eso posible? Una mala defensa por parte de unos, mucha fe por parte de otros, y sobre todo, un error de escándalo. El Malaga cayó ayer de la manera más cruel posible, un tanto de Felipe Santana en claro fuera de juego dejó con la miel en los labios a toda una ciudad, e incluso me atrevería a decir, que a todo un pais.

El Malaga es el sueño de cualquier aficionado humilde, ese que va a ver a su equipo domingo tras domingo a sabiendas de que no les verá ganar nunca nada, ese que vive por y para su equipo estando con ellos en las duras y en las maduras, ese al que le vale una victoria ante un Real Madrid o un FC Barcelona para sentirse el hombre más afortunado del mundo. Porque señores, es muy facil ser del merengue o culé, pero yo estoy convencido de que, aun ganando la Champions, sus aficionados no podrán nunca sentir lo mismo que han sentido todos los malacitanos esta temporada (algo que, por desgracia, es posible que no vuelvan a sentir). La historia tuvo un final triste si, pero pueden sentirse muy orgullosos de ello.

Europa regala noches de gloria como la de anoche. Eliminatorias apasionantes jugadas de poder a poder en la que todo es posible. Recuerdo la final del 99 en la que el Manchester remontó de manera milagrosa el gol del Bayern. Recuerdo la remontada del Superdepor en Riazor (4-0) ante el todopoderoso Milan de Shevchenko, Maldini, Pirlo, Seedorf y compañía. Recuerdo la eliminatoria entre Liverpool y Arsenal del 2008 en la que los reds eliminaron a los gunners (4-2) tras una oda al futbol. Si, mis mejores recuerdos con el balón (al margen de los vividos con el Athletic claro está) tienen que ver con el trofeo de la orejona, por eso quiero dar las gracias a ambos equipos, por brindarnos un partido tan apasionante con tan épico desenlace.

Neven Subotic declaró: "Siemplemente no me lo puedo creer. Creo que es el momento más loco de toda mi carrera futbolistica. Ha sido un día maravilloso para todos nosotros, para los jugadores y para los aficionados. Hasta ahora nuestra historia es como una película de Hollywood, esperemos que acabe como tal". A los alemanes les toco vivir la gloria, a los malagueños el infierno; la diosa fortuna (disfrazada ayer de colegiado) lo quiso así.

Mucha suerte al Borussia y mucho ánimo al Malaga, su hazaña será recordada por toda una afición de aquí a la eternidad.

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